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Investigadora CJE participó del Seminario “Cuídame. El rol del adulto sensible en contextos educativos”

[vc_row css=\».vc_custom_1579290785818{margin-right: 40px !important;}\»][vc_column][vc_column_text css=\».vc_custom_1579290681276{margin-right: 20px !important;border-right-width: 20px !important;padding-right: 20px !important;}\»]Marigen Narea, Investigadora Principal de la línea de Inclusión para el Desarrollo, del Centro Justicia Educacional presentó “Re-conociendo nuestro rol: lo que hacemos importa” en la actividad organizada por la Ilustre Municipalidad de Renca y patrocinada por UNICEF.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=\»5/6\»][vc_column_text]

\"\"[Santiago, 8 de agosto 2018] Con la participación del alcalde de Renca, Sr. Claudio Castro, se realizó en el auditorio de INACAP de dicha comuna el Seminario “Cuídame. El rol del adulto sensible en contextos educativos”, organizado por la municipalidad y patrocinado por UNICEF.

En la oportunidad, la Investigadora de la Línea de Inclusión para el Desarrollo del Centro Justicia Educacional, Marigen Narea, expuso “Re-conociendo nuestro rol: lo que hacemos importa” donde abordó temas como la importancia de las intervenciones en primera infancia; interacciones de calidad; y el rol del personal educativo, entre otras.

Durante su presentación, Narea señaló que “sabemos, con mucha evidencia internacional, que un niño que va a sala cuna o jardín infantil es un niño diferente al que solo se queda en la casa. Desarrolla un mayor potencial”, afirmó.

En ese sentido, la investigadora de CJE, indicó que un aspecto clave en la formación de los niños tiene que ver con las interacciones que pueda desarrollar con un adulto. “Si los niños no desarrollan todo su potencial en los primeros años de vida, no tendrán las mismas capacidades, no les irá tan bien, como otro que sí recibió los estímulos necesarios. Por es tan importante lo que pasa día a día en el crecimiento de un niño. Más allá de las instalaciones en las que está el niño, lo trascendental son las interacciones que pueda tener en ese lugar y en ese sentido el rol de los adultos es clave”, agregó.

Junto con ello, mencionó lo relevante de la formación en los primeros años de vida. “Sabemos que el paso por sala cuna y jardín infantil trae enormes beneficios, pero no da lo mismo el programa o la institución en la que está. Lo que los profesionales de la educación parvularia están construyendo hoy, va a impactar directamente en su trayectoria futura”,

Asimismo, reconoció que “las interacciones cálidas y receptivas entre los adultos y los niños, son uno de los factores de efectividad que distinguen los programas que tienen impacto de aquellos que no lo hacen. Junto con ello, las experiencias de los primeros años están moldeadas por la interacción entre el niño y sus diversos cuidadores. Estas interacciones se producen simultáneamente en: el hogar, el jardín de cuidado infantil, la escuela y la comunidad”, subrayó.

\"\"Marigen Narea, también explicó cómo van evolucionando las capacidad de los niños, incluso antes de su nacimiento. “Ellos comienzan a desarrollar sus habilidades antes de que nazcan. Cuando llegan al colegio, ese niño ya desarrolló casi todo lo que tenía por delante y nos va a costar más potenciar toda su capacidad. Por ejemplo, los sentidos empiezan a desarrollarse a eso de los siete meses de embarazo y el peak está a los 4 meses de nacido”.

“El lenguaje se desarrolla antes que los niños empiecen a hablar y por eso es importante todo lo que podamos hacer en la sala cuna para aquello. Las conexiones neuronales, para que el niño empiece a hablar, se encuentran en su más alto punto a los 7 u 8 meses. Por eso es importante que en ese período de tiempo les entreguemos palabras, conversaciones, que incentiven ese desarrollo del habla”, apuntó la investigadora de CJE.

Finalmente, Narea se refirió a la importancia de los adultos en el desarrollo cognitivos de los niños al mencionar que “si no hay un adulto significativo con el niño, que lo ayude a desarrollarse, sus conexiones neuronales van a ser mucho menores. Un ambiente que descuida, que no es cariñoso, que no es atento a las necesidades del niño y que aumente su estrés, hace que este niño tenga menos conexiones neuronales, lo que afecta profundamente su trayectoria\».

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